¿Cómo desarrollar un programa de comercio justo?
- ANGIE CATHERINE BUSTOS BARRERO
- 9 nov 2022
- 3 Min. de lectura
Autor del artículo: Thalía Ortega
Fecha de publicación:10 de Mayo del 2022
Palabras clave: Rentabilidad, Agricultores, Equidad, Regenerativa, Desarrollo social.
“La agricultura es esencial para la vida humana: solventa la alimentación, la producción de bienes, y en general, representa la base de nuestro sistema económico y social".
Sin embargo, suele ser de las más golpeadas por las dinámicas abrasivas del “comercio convencional” que margina a los campesinos y pequeños productores. Muchas de las mujeres y hombres dedicados al cultivo deben enfrentar condiciones injustas.

El comercio justo nace como una respuesta para dignificar el trabajo de los agricultores, que busca nuevas formas de comercialización que brinden productos que mejoren las condiciones sociales y ambientales.
El comercio justo es una relación comercial, basada en el diálogo, la transparencia y el respeto, que busca una mayor equidad en el comercio internacional.
El comercio justo es un intercambio equitativo a todo el proceso que conlleva el mismo, además de eliminar a los intermediarios (quienes suelen tener costos egoístas para aumentar su ganancia), creando una verdadera relación entre el productor y el consumidor final.

En este sentido, la iniciativa cuida tres puntos que ayudan a mejorar la producción y por supuesto, de la mano de un programa de comercio justo, a dar una mejor calidad de vida a quienes lo producen. Estos son:
Cadena de suministro.
Rentabilidad.
Desarrollo social.
En el primero se realiza la compra directa con los agricultores, eliminando a los intermediarios, pagando un precio justo por los frutos, lo cual hace que sean los sembradores quienes llevan a cabo la recolección, fermentación y venta sin depender de externos. Tan solo en 2020, dicha acción se tradujo en el crecimiento de compras a las cooperativas.
Con el segundo y tercer punto, ha motivado la agricultura regenerativa y la capacitación de los agricultores, poniéndoles a su disposición nuevas tecnologías, mejores plantas, conocimientos en cultivos regenerativos y protección del medio ambiente, que, además de beneficiar a la naturaleza, tienen un impacto directo sobre las vidas de todas las personas.
Conclusiones
Esta vinculación conlleva grandes beneficios, entre los que destacan la disminución de la pobreza, el impulso a un esquema sostenible y un impacto visible en las localidades productoras, aunque, sin duda, el más importante es el de recordarnos que todos necesitamos de todos.
El comercio justo apoya a los agricultores y trabajadores marginados en los países en desarrollo, permitiéndoles cuidar su medio ambiente y construir una vida mejor y más segura para ellos, sus familias y sus comunidades.
El comercio justo representa un proceso clave dentro de las producciones sustentables, ya que la compañía es consciente de que las actividades humanas tienen un eco en la naturaleza, por lo que regenerar y construir instrumentos justos son claves para las metas.
La concientización sobre la necesidad de devolver al suelo un poco de la riqueza que nos brinda se vuelve fundamental. Por ello, es indispensable promover prácticas de agricultura regenerativa, que buscan conservar y restaurar las tierras agrícolas para mejorar la salud del suelo, a través de una producción alimentaria sostenible para el planeta.

Apreciaciones personales:
El comercio justo está sujeto a implementar prácticas agrícolas sostenibles que contribuyan al desarrollo de la agricultura regenerativa, generando medios de vida sostenibles para los agricultores, reduciendo las emisiones de carbono, protegiendo la biodiversidad y conservado y reponiendo los recursos naturales utilizados.
De esta manera, se ha demostrado que el comercio justo no solo es una remuneración económica adecuada, si no que contempla todas las dimensiones sociales y ambientales, pues entiende la interdependencia que existe entre todos estos factores.

Actualmente, existen más de 800 millones de personas que no se pueden alimentar de forma adecuada, y menos del 5% del precio que se paga llega a los productores. Es importante que desde las empresas, y las y los consumidores impulsen acciones reales para fomentar el comercio justo, y con ello contribuir al desarrollo sostenible.
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